30 enero 2006

Goyas familiares

No soy un especial seguidor de los Goya. No me gusta demasiado su politización, sea para el bando que sea. Pero los de este año me tocaban la fibra personalmente. Y la verdad es que tal como iba el domingo se veia venir que la primera victoria holgada perica sólo era un presagio de lo de despues.

La primera atención iba para mi barrio, hecho canción por Antonio Orozco y película por los de la Avenida del Carrilet y terrenos anexionados. Ya nos habíamos hecho eco de su estreno en posts anteriores. Y somo los primeros que nos alegramos del éxito del bar de la calle Comercio. Corbacho y Cruz salen a hacer su papel en la entrega de los premios o en sus apariciones televisivas (genial la de Cruz en la Cavalcada dels Reis en L'Hospitalet), pero cuando se ponen a hacer una película pintan mejor que nadie la realidad en la que han vivido muchos años.


Muy gracioso Corbacho con su dedicatoria -«a la rubia que me acompaña habitualmente, pero pedía demasiado por ser una gala»-, buen ejemplo de que el humor no tiene que estar reñido con el buen trabajo ni asociado eternamente a la superficialidad.

Y ya cuando sonaban los tambores del sueño, apareció el amigo Tadeo Jones para llevarse un premio más de los que ha ido recibiendo por su peregrinar por festivales y concursos. Este, creo que el más importante que ha recibido, esperamos que le dé un espaldarazo definitivo al personaje de Enrique Gato y lo lance hacia metas más altas: tebeos, películas. Y que nosotros lo veamos ...


No hay comentarios: