29 mayo 2006

Sabina: Faltan 1 mes

Cancionero

Sabina da juego. Sabina permite parafrasearlo en millones de ocasiones. Siempre aparece una frase de Sabina para dar respuesta a alguna situación. Aquí recopilo cinco de ellas (así no me alargo demasiado ni me estrujo las neuronas en exceso) y algunos de sus habitats naturales.

Os invito a completarlo con alguna de las vuestras.

Rebajas de enero:
“Emociones fuertes buscadlas en otra canción”:
Por poner la última, cuando de un padrino de boda esperan que se ponga pastelón y no es ni el momento ni la personalidad apropiada para ello.

Barbie superstar:
“Los del Rayo no éramos gran cosa para su Merced”:
La mejor para cuando a uno lo infravaloran: chicas, jefes, sobrados, etc.

Dieguitos y Mafaldas:
“¿Y total para qué? Si al final se rajó con un pibe”:
Tantos casos en los que te matas por algo y por alguien y ¿total para qué?

19 días y 500 noches:
“a la perdición de los bares de copas ”:
Cuando te preguntaban por el fin de semana y no te creían cuando intentabas decirles cualquier otra actividad.

Por el bulevar de los sueños rotos:
“Y hay un tequila por cada duda”:
Los casos son muchos y variados, sólo sé que cuando la escuchamos vía Sabina o vía Secretos siempre hay uno o varios cómplices intercambios de miradas.

Terminar con una canción que pueda decir es la canción de Sabina es tarea imposible, pero tengo que poner alguna.

Esta siempre la asociaré al 11-M, y era la única música que sonó en cierto ciber durante los primeros posteriores días a la tragedia cuando yo estaba al mando del cotarro:


Con su boina calada, con sus guantes de seda,
su sirena varada, sus fiestas de guardar,
su vuelva usted mañana, su salvese quien pueda,.
Su partidita de mus, su fulanita de tal.
Con su todo es ahora, con su nada es eterno,
con su rap y su chotis, con su okupa y su skin,
aunque muera el verano y tenga prisa el invierno
la primavera sabe que la espero en Madrid.
Con su otoño Velázquez, con su Torre Picasso,
su santo y su torero, su Atleti, su Borbón,
sus gordas de Botero, sus hoteles de paso,
Su taleguito de hash, sus abuelitos al sol.
Con su hoguera de nieve, su verbena y su duelo,
su dieciocho de julio, su catorce de abril.
A mitad de camino entre el infierno y el cielo...
yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid.
Aunque la noche delire como un pájaro en llamas,
aunque no dé a la gloria la Puerta de Alcalá,
aunque la maja desnuda cobre quince y la cama,
aunque la maja vestida no se deje besar,
"Pasarelas Cibeles", cárcel de Yeserías,
Puente de los Franceses, tascas de Chamberí,
ya no sueña aquel niño que soñó que escribía,
Corazón de María, no me dejes así...
Corte de los Milagros, Virgen de la Almudena,
chabolas de uralita, Palacio de Cristal,
con su "no pasarán" con sus "vivan las caenas",
su cementerio civil, su banda municipal.
He llorado en Venecia, me he perdido en Manhattan,
he crecido en La Habana, he sido un paria en París,
México me atormenta, Buenos Aires me mata,
pero siempre hay un tren que desemboca en Madrid.
Pero siempre hay un niño que envejece en Madrid,
pero siempre hay un coche que derrapa en Madrid,
pero siempre hay un fuego que se enciende en Madrid,
pero siempre hay un barco que naufraga en Madrid,
pero siempre hay un sueño que despierta en Madrid,
pero siempre hay un vuelo de regreso a Madrid.

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